Ayer lo miré a Julián straight in the eye y le dije: quiero intentar mantener el eje. Sí, me contestó, porque te están pasando cosas muy productivas. Y yo que había planeado plantarme sin más y decirle que sólo iba a ir a terapia dos veces al mes (lo cual, después de CINCO años, me parece justo y razonable). Pero rápidamente me di cuenta que la línea entre la cordura y las mil películas en las que entro como un caballo ES MUY DELGADA. Asique seguimos en el mismo barco, mi aliado y yo.
No sé por qué pero esta vez la despedida con Bruno fue muy dramática, le conté. "Me lloré todo! Lloré el domingo cuando se fue, lloré esa noche mientras me tomaba una cachaça para olvidar, lloré al día siguiente en el aeropuerto, lo llamé y le lloré al teléfono, lloré en el avión..."
"Menos mal que fue dramática y no trágica", replicó.
En las fotos del fin de semana B no aparece, me olvidé de sacarle. Eso, intuyo, es un GRAN AVANCE. Siempre que lo veo le saco diez mil fotos, PARA TENER MATERIAL LACRIMÓGENO a la distancia y sostener la fantasía de que yo en Buenos Aires y él en Brasilia es igual a desintegración.
Evidentemente el problema es la confusión entre drama y tragedia.
1 comentario:
jejeje
che guevona, emailiame
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