All these accidents that happen, follow the dot, coincidence makes sense only with you, you don't have to speak, I feel emotional landscapes, they puzzle me, then the riddle gets solved and you push me up to this state of emergency, how beautiful to be, state of emergency is where I want to be.

jueves, 2 de agosto de 2007


Luego de entrevistar a un investigador sobre la historia del norte de Santa Fe, y escuchar la apasionante tragedia de los Abipones, etnia que poblaba el área hace unos dos mil años, me fui caminando bajo el sol al museo municipal de arqueología de Reconquista. Estuve esperando al director un rato, para que me autorizase a sacar fotos de los restos de cerámica aborigen, pero nunca apareció. La encargada me dejó con la condición de que anotase todos mis datos en un libraco.



En la planta baja había piezas que se fueron recuperando en diversos excavamientos... Ahi me enteré que los Abipones se dividían en tres grupos: la gente de la tierra, la gente del agua y la gente del monte. En un cartel leí que se pintaban cruces negras entre los dos ojos y que entre unos y otros iban rotando para explotar los recursos subsistenciales. Medían un metro ochenta promedio.



Los Abipones fueron prácticamente aniquilados por la conquista, aunque el proceso fue bastante lento. La última referencia clara de ellos como pueblo data de fines del siglo XVIII. Hoy quedan comunidades ribereñas cerca de Reconquista, pero se reivindican como mocovíes.



Un rato después, a unas cuadras, conversé con un productor ganadero que va a implementar prácticas forestales para recuperar parte del monte degradado en su estancia, ubicada en la localidad de Cañada Ombú. Nos sentamos, tomamos mate y nos reímos. Me enamoré de su hijo, Alejandro, veterinario, asique intenté enfocarme en lo que decía el padre, que era muy simpático.



Tomás del Zotto me contó que cuando arrancó trabajaba un campo de 70 hectáreas con sus tres hermanos. AHora tiene uno de 5000. Me dijo que el día que tuvo que dejar su estancia porque ya no podía afrontar los gastos fue el día más triste de su vida.


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