All these accidents that happen, follow the dot, coincidence makes sense only with you, you don't have to speak, I feel emotional landscapes, they puzzle me, then the riddle gets solved and you push me up to this state of emergency, how beautiful to be, state of emergency is where I want to be.

martes, 20 de noviembre de 2007

Imágenes

Ya siento la carnalidad que tanto intento olvidar, volviendo a carcomerme por dentro como una fiebre contagiosa.

Quisiera ser etérea para trascender esta oscuridad. Algunas cosas tengo claras: existe en mi estructura un punto de fuga en el que la callosidad espiritual me cubre enteramente.

Mientras tanto la lengua sobre el paladar, ligeramente tensa, palpita. Soy un jaguar. No veo a mi víctima, pero la siento.

Dónde está ese pedazo de carne que es mi salvación? Aquel lugarcito donde sólo yo sé posarme para morir en una ausencia eterna? Silencio de cámara: los sonidos parecen viajar con la pastosidad de una boca seca… Estoy en el espacio, en medio del mundo vegetal. La luz de una ventana blanca se cuela por mis párpados, quiero ver y no, definitivamente no quiero. Un chico al lado gime acurrucado, una mujer llora, todos oramos.

Oramos ante la gran cobra amarilla, nuestra madre y creadora. Confluimos en una misma intención: somos un cuerpo que respira, lloramos nuestras penas.

Amar y devorar no son la misma cosa. Mi reclamo es oral: hablo, grito, muerdo, chupo y gimo, es una boca ansiosa por delimitar. El resto del cuerpo avanza partido, como una pieza de música en tres movimientos. La mente, la boca y el sexo.

Dónde está la inocencia de mi pecho liso?

- Hola linda. Cómo estás? Yo estoy acá, reencontrándome con esta hermosura de lugar.
- No lo puedo creer, recién estaba justo pensando en vos.
- Qué emocionante! Qué pensabas?
- Pensaba en que la pasé bien cuando nos vimos… (borra)… Pensaba en lo bien que me hizo encontrarme con vos.


Busco una piel para roer mientras el amor espera sentado en otro lado, otra galaxia.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La natural evolución del moody

Time, flowing like a river
Time, beckoning me
Who knows when we shall meet again
If ever
But time
Keeps flowing like a river
To the sea

Goodbye my love,
Maybe for forever
Goodbye my love,
The tide waits for me
Who knows when we shall meet again
If ever

But time
Keeps flowing like a river (on and on)
To the sea, to the sea
Till it's gone forever
Gone forever
Gone forevermore

Goodbye my friends,
Maybe forever
Goodbye my friends,
The stars wait for me
Who knows where we shall meet again
If ever

But time
Keeps flowing like a river (on and on)
To the sea, to the sea
Till it's gone forever
Gone forever
Gone forevermore.

APP

Moody

Es domingo.
Toda la tristeza condensada en una frase.
Me deprimen las cartas de lectores del diario La Nación, en especial una de hoy que dice:
"Señor Director: Con ese habitual sentido nacionalista que siempre los ha caracterizado, muchos argentinos han celebrado la noche de Halloween. Mi inocente pregunta es: ¿en los Estados Unidos festejan el 1º de agosto la fiesta de la Pachamama?"
Me deprime en más de un sentido, pero me da fiaca hasta escribirlo.
Es primavera y todavía hace frío.
Y yo chateando con un sujeto sobre las fantasías de la Coca Sarli. Typical.
Hoy P me dijo que estuvo con EL porque estaba "carente". Dije, pucha yo también estoy carente; y con eso qué hacemos? Mientras venía en auto del campo, pensé, cómo puede ser que el cuerpo no se nos vaya pudriendo de a poco... No entiendo, los órganos, tejidos y huesos, no decaen con el tiempo?
Recuerdo cuando M me habló de los hombres-lobo que merodean por ahi. Hay preguntas que la carne ya no puede responder.
Y especial las pelotas.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Planta maestra

Los ovarios alucinados fueron pereciendo lentamente hasta convertirse en dos esferas luminosas. Ahi lo supe. Todas las dimensiones del espacio olían a fresa: sentí instantáneamente que volvía al lugar de donde nunca debería haber partido.
El dolor se derretía por mis hombros escuálidos; me acariciaba el rostro y el pecho para impregnarme de la pastosidad de las cargas, las culpas y mis históricas animosidades, que chorreaban como lava, caliente e inexplicablemente.
Cuando el jaguar entró en mi asumí que las cartas estaban echadas. Recuerdo la filosidad y el brillo de mis dientes, la tenue voracidad que me embargaba. Otros vomitaban, gemían, algunas mujeres lloraban desconsoladamente, casi a los gritos, enfrentadas cara a cara con su más temido vacío.
El chamán cantaba y yo me relamía extasiada ante el poder del doctorcito, tanto que de a ratos yo era él y él era yo y todos éramos uno. Una masa energética y revirada, un ejército que respondía a la gran cobra amarilla, emperadora del mundo vegetal y de todos los animales.
Agradecí toda la noche la forma en que la planta eligió presentarse ante mi. Con los puños juntos y el corazón hirviendo, con el fervor de una mártir.