En el intervalo hablamos de la muerte de esa mujer rota que sólo se expresaba en ismos y asmos. La recordamos desde lejos pero con cierta nostalgia que ameritó la caída de una lágrima, densa y azulada.
Luego tuvimos deseos de dormir por tres cuartos de hora antes de separarnos. Sabíamos que llegaría el momento en que cada uno debería seguir su propio camino; necesitábamos descansar de nosotros mismos, de nuestra historia y los regalos intercambiados. Ya no éramos una sola cosa, por más que el abrazo nos aglutinara entendimos que la seguridad era una utopía. No una golosina.
Recordándola a ella en realidad hablábamos de nosotros mismos, de ese momento en que nos miramos desde cierta distancia y entendimos que íbamos en busca de lo mismo.
Mientras conversábamos en la oscuridad se escuchaba a un cantante con su guitarra, que aullaba sobre las manchas de un amor y los latidos de su corazón.
La gente balanceaba sus piernas y movía las cabezas con la melodía. Algunos tomaban vino lentamente, felices. En ese momento supimos que ya no podíamos dar marcha atrás. Estábamos extraviados.
All these accidents that happen, follow the dot, coincidence makes sense only with you, you don't have to speak, I feel emotional landscapes, they puzzle me, then the riddle gets solved and you push me up to this state of emergency, how beautiful to be, state of emergency is where I want to be.
viernes, 15 de junio de 2007
El abrazo que aglutina
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